Esas vacaciones pensábamos hacer una travesía por Aralar en Navarra, pero como no paraba de llover optamos por bajar hacia el sur, y ya en Tudela, decidimos subir al Moncayo que además de ser un monte muy simbólico en el sistema ibérico, se encontraba a tiro de piedra
Salimos del santuario de la virgen del Moncayo y llegamos el circo glaciar del Cucharón, una vez superado cambió el tiempo radical y se ocultó el sol entre la niebla
cima con una ofrenda tibetana
En la cima, una ancha explanada, azota el cierzo con fuerza, incluso en verano
vertiente soriana
Agarra, agarra, que me lleva el cierzo.......