Aprovechando la visita anual a la sierra madrileña me pude escapar hasta media mañana para subir a esta emblemática cima, los aparcamientos están colapsados de gente, por lo que conviene acercarse antes de las 8.
Este año no ha llovido apenas y ha hecho demasiado calor, por lo que la acumulación de nieve es residual.
Junto a la pista de subida encontramos bosques de pino albar.
Todo estaba despejado y soleado.
Desde la cima se distinguía claramente la ciudad de Segovia y el trazado del AVE, como si estuviese ahí al lado.
Cima con vértice geodésico.
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