Junto al refugio de Linza en el valle de Ansó parten unas pistas que la gente aprovecha para practicar el esquí de fondo. Después de tomar un café caliente en el refugio, aprovechamos para dar un paseo por la zona.
Ya estuvimos por aquí en el otoño que cubre de tonos ocres el paisaje, en invierno parece otro lugar.
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