Parto del campamento Ramiro el Monje, en la selva de Oza, el día está nublado, pero no parece que vaya a haber tormentas.
Una vez cruzado el bosque, salgo al claro y contemplo los farallones del monte parecidos a los de una fortaleza en ruinas.
El terreno es realmente extraño, alfombrado de cesped y con claros arcillosos, muy peculiar.
Ya en la meseta cimera, parece como un canal gigante con dentelladas a los lados, muy curioso.
Foto de cima, me resultó bastante largo y duro este dosmil.
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